miércoles, octubre 31, 2007

El velo del lenguaje

La tecnología, al limitar el contacto interhumano al signo electrónico, empobrece y ahoga ese riquísimo lenguaje extraverbal que --cuando estamos cerca, uno al lado del otro, juntos-- no paramos de usar para comunicarnos, sin tener siquiera clara conciencia de ello. Por añadidura, ese lenguaje extraverbal, el de la expresión del rostro y el del más mínimo gesto de las manos, es mucho más sincero y auténtico que el escrito y hablado porque con él resulta más difícil mentir, ocultar la falsedad y el embuste. Por eso la cultura china, con objeto de que el hombre realmente pudiera ocultar unos pensamientos cuya revelación entrañaba peligro, perfeccionó el arte del rostro inmóvil, de máscara impenetrable y mirada vacía, porque sólo entonces, protegida por ese velo, la persona se podía esconder de verdad.

Fragmento de "Antes de ser despedazado por los perros y las aves", Viajes con Heródoto.

martes, octubre 23, 2007

Sólo el silencio

No me sirven las palabras, gemir es mejor
Canción animal--Gustavo Cerati.


Hace días que no tengo nada para decir. Y aún así estoy diciendo algo.

viernes, octubre 19, 2007

Me molestan

Los que no le sacan el plástico a los sillones, a los asientos del auto, al control remoto, al cable del cargador del teléfono celular.
Los que dicen siempre que sí.
Los que, así vuelvan completamente ebrios y a las seis de la mañana, sacan a pasear al perro.
Los que dicen siempre que no.
Los que no miran a los ojos.
Los que lavan el coche una vez por semana, todos los sábados.
Los que guardan su ropa dentro de bolsas de nylon.
Los que empiezan el havannet desde abajo.
Los que no saludan.
Los obsecuentes, los cínicos.
Y, por supuesto, los miserables.

miércoles, octubre 10, 2007

Ve con Dios

Dios, ¿aquellos que te imploran
no te conocen ya más que de nombre?
Me has expulsado de la vida.
¿Me expulsarás de la muerte?
La Piedad--Giusseppe Ungaretti





Miró sólo con sus ojos. Ni un milímetro cuadrado de su piel se corrió de lugar en ese instante. Su calvicie brilló por un momento, para luego opacarse quizás hasta la eternidad. Una sombra blanca con forma de engaño asomaba de su cuello por detrás de esa prenda de vestir hecha de plomo, por encima de un collar de cuentas blancas de mentira que seguramente habrá besado un rato antes, como otros tantos las besan.

A la vez, una ola de gestos atravesó los rostros de otra mayoría: sonrisas, puños, lágrimas. Algún grito mínimo, algún desahogo en fuego.
Son recuerdos los que vienen, es decir, la memoria que trabaja.
Ni un sinfín de tiempo podrá borrar el dolor, ni cambiará el pasado, ni traerá les traerá el cuerpo de sus padres, de sus hijos, de sus nietos, de sus novias, de sus vecinos, de sus amigos, de sus tíos y tías, de sus nombres. Ni la más mínima certeza.
Pero hay placeres profundos que sirven para seguir.
Y hoy, al menos yo, tuve uno de esos.




foto levantada de www.pagina12.com.ar

lunes, octubre 08, 2007

La cuenta que no me cierra

"Y... Roberto ya tiene 45 para 46".
¿Hay alguien que haya salteado edades, que haya cumplido 23 después de tener 20? ¿O que después de los 56 haya festejado los 32 y luego los 21 ó los 75 y así paseando por las edades y las experiencias como si fuera una bolita blanca sobre la ruleta infinita?

¿Será que es demasiado simple la pregunta para que los que la responden busquen desesperadamente la manera de encontrar una vuelta de complicarla?

viernes, octubre 05, 2007

Adentro

Adentro, a eso de las seis, el sol empieza a apoyarse sobre el horizonte y un atisbo de viento atraviesa los pasillos de concreto: tal vez sea lo más parecido a libertad que habrá en todo el día. Y eso se repite, condenadamente.
Apenas se escucha el ruido de una doble puerta de metal, el estampido de la goma de dos botas negras contra el suelo. Apenas.
El silencio no es más que la sombra de las palabras.

foto tomada en el Penal de Máxima Seguridad de Ezeiza.

martes, octubre 02, 2007

Pensamiento

"... los hombres actúan y las mujeres aparecen. Los hombres miran a las mujeres. Las mujeres se contemplan a sí mismas mientras son miradas. Esto determina no sólo la mayoría de las relaciones entre hombre y mujeres sino también la relación de las mujeres consigo mismas. El supervisor que lleva la mujer dentro de sí es masculino: la supervisada es femenina. De este modo se convierte a sí misma en un objeto, y particularmente en un objeto visual, en una visión".

John Berger. Extracto del ensayo Modos de ver.