viernes, septiembre 22, 2006

Y ahora... el Día de la Primavera


Y ahora el día de la Primavera.
¿De qué cerebro sagaz vendrá esta jornada estúpidamente festiva? ¿Por qué se festeja el día de la Primavera y no el del Verano o el del Invierno, para los fans del frío como mi abuela Juana?
¿Por qué escribo Verano, Invierno y Primavera con mayúsculas?

Si bien este día (el de la primavera) no tiene demasiadas connotaciones comerciales --más allá de que esta vez les toca forrarse de guita a los floristas y los ponjas que las cultivan en Escobar y en La Plata-- sí tiene, al menos para mí, un significado gris, otoñal, para decirlo de algún modo.
El recuerdo que tengo del Día de la Primavera en mis años mozos (hablo de los de la primaria y secundaria y no de los que fui barman en la noche platense) trae los aromas de la frustración y no de pétalos de jazmín. Siempre que la escuela primaria preparaba un paseo (al parque Pereyra, al Cinturón Ecológico de Villa Domínico o al cine Mitre, hoy restorán chino) llovía. Siempre. Eso significaba, no sólo la ausencia de libertad, de ensuciar el guardapolvos, si no la imposibilidad de decirle que me gustaba a la chica que me gustaba. No sé por qué esperaba al día de la primavera para decírselo si sabía que iba a llover. O era el día de la primavera o no era nunca. Y nunca fue.
Hasta que empecé a trabajar en el diario y los días de la primavera tuvieron sol, pero ya no había paseos, ni chicas que me gustaran, ni maestras cursis*, ni flores, ni blogs, ni preguntas como la que me hago ahora: ¿qué carajo estoy escribiendo?

* ahora que lo pienso, olvidé escribir sobre el Día del Maestro. Es que después de lo de las Torres, hay algo para festejar realmente. ¿Así que mi señorita de sexto grado, una ignorante marca cañón, que nunca me devolvió un folleto que traje del Glaciar Perito Moreno, así que mi profesora de inglés fascista del colegio secundario fascista que decía que "bombero" se decía "bomber" merecen un día de homenaje? Querido Sarmiento, a pesar de todo su ímpetu pro-yanqui, vomite.

miércoles, septiembre 06, 2006

Imagen y palabras


1

¿Dónde está la sombra
de un objeto apoyado contra la pared?
¿Dónde está la imagen
de un espejo apoyado contra la noche?
¿Dónde está la vida
de una criatura apoyada contra sí misma?
¿Dónde está el imperio
de un hombre apoyado contra la muerte?
¿Dónde está la luz
de un dios apoyado contra la nada?

Tal vez en esos espacios sin espacio
esté lo que buscamos.

------------------------------------

4

Hay que alcanzar esa mirada
que mira a uno como si fuera dos.
Y después mira a dos
como si fuera uno.
Y luego todavía
mira a uno y a dos
como si fueran ninguno.

Es la mirada que escribe y borra al mismo tiempo,
que dibuja y suspende las líneas,
que desvincula y une
simplemente mirando.
La mirada que no es diferente
afuera y adentro del sueño.
La mirada sin zonas intermedias.
La mirada que se crea a sí misma al mirar.


* Foto tomada en la AU BsAs--La Plata, en un amanecer de noviembre del '05
* Poesías de Roberto Juarroz ("1" y "4". Octava Poesía Vertical, 1984)