miércoles, abril 23, 2008

viernes, abril 18, 2008

Aires por venir

Buenos Aires apocalíptica. Hace tres días que siento que camino en un ensayo sobre el futuro.
¿Es este el seco porvenir?
La realidad es ceniza flotando, impregnándose en los poros, tapándonos los ojos como un velo reseco.

miércoles, abril 16, 2008

Enigma y soledad

"¡Es curiosa la vida... ese misterioso arreglo de lógica implacable con propósitos fútiles! Lo más que de ella se puede esperar es cierto conocimiento de uno mismo... que llega demasiado tarde... una cosecha de inextinguibles remordimientos. He luchado a brazo partido con la muerte. Es la contienda menos estimulante que podéis imaginar. Tiene lugar en un gris impalpable, sin nada bajo los pies, sin nada alrededor, sin espectadores, sin clamor, sin gloria, sin un gran deseo de victoria, sin un gran temor a la derrota, en una atmósfera enfermiza de tibio escepticismo, sin demasiada fe en los propios derechos, y aún menos en los del adversario. Si tal es la forma de la última sabiduría, la vida es un enigma mayor de lo que alguno de nosotros piensa".

"Vivimos como soñamos... solos".


Joseph Conrad. El corazón de las tinieblas (1899).

viernes, abril 04, 2008

Je suis Solita

Solita estudia francés. Se llama así, no es que le dicen. Se llama Solita pero no recuerdo su apellido. Decidió estudiar francés porque ya había hecho seis años de inglés y un profesor me dijo que si seguía me aburriría, cuenta con zezeo extraño, producto de sus brillosa dentadura postiza.
El cabello de Solita está rígido, tenso. Es probable que un rato antes de conocerla sus pelos hubieran recibido un baño de spray que los entumeció, cobrizos y ampulosos. Solita está bronceada, usa aros que parecen botones dorados.
Empieza la clase de francés y Solita enseguida habla de un cd que me va a servir para practicar la dicción, anuncia, reclama, como si hubiese estado toda la semana pensando en que no tenía que olvidar hablar de eso para que todos noten que es vieja, sí, pero sabe lo que es un cd.
Pregunta varias veces por el cd que no existe y la simpatía de la profesora abandona el aula para darle lugar al hastío. Otros reirían por dentro. Otros lamentarían el espectáculo.
Solita compró el libro aun antes de empezar a estudiarlo pero no llevó un cuaderno, así que andaba pidiendo hojas a los compañeros que acababa de conocer. Yo le dí dos, para que no me volviera a pedir.
Hubo un recreo de 15 minutos y Solita se le acercó a hablar a la mujer que estaba a mi lado porque era profesora de inglés y Solita lo hablaba perfectamente porque tiene dos hijos viviendo en Connecticut. Dos hijos grandes a los que va a visitar todos los años, todo el tiempo.
En el piso, una bolsa de una casa de ropa para señoras grandes y coquetas espera que Solita acabe la clase para volver a la alfombra del departamento de Recoleta.
Escucho que Solita le dice a mi compañera. "Era uno de esos socialistas. Pero era simpático, igual".
Justo apareció la profesora y el recreo se terminó.
Solita volvió a preguntar por el cd, casi enseguida.