lunes, mayo 26, 2008

Djavan


El martes pasado tocó una de las glorias vivas de la música popular brasileña: Djavan. Su concierto en el Gran Rex fue inolvidable, maravilloso. Para los que no lo habíamos visto nunca, fue la realización de un momento muchas veces imaginado. Djavan puso sobre el escenario toda la magia que vuelca en sus discos: ritmos únicos, energía típicamente brasileña y otros condimentos que convirtieron al show en un recuerdo que solo buscará repetirse cada año que nos enteremos de que, esta vez, otra vez, Djavan no tocará acá.

Los medios tomaron el recital como lo que fue: un evento inesquivable. Sin embargo, como suele ocurrir, las críticas tambalearon en el intento de transmitir semejante magia. El texto publicado en Clarín motivó que el amigo Juan Carlos Diez --músico, autor de "Martropía, conversaciones con Spinetta"-- me mandara un mail y ese se convirtiera en varios, que me fue imposible no publicarlos (con su autorización) para darle una mirada menos erudita a la verdad.


De: Diez, Juan Carlos
Enviado el: Jue 22/05/2008 15:36Para: S.F.
Asunto: mera luz
Leiste la crítica de Clarín? qué grises que son, la bajada es para matarlo.
Después toca Kapanga y te dicen que estuvo genial.


De: Diez, Juan Carlos
Enviado el: Jue 22/05/2008 16:16Para: S.F.
Asunto: RE: mera luz

¿Viste? Yo pense igual; elogian el tema más choto.
Sabrá de música "culta", de las partituras de Tristán e Isolda de Wagner, pero de Djavan no sabe nada. Y SE NOTA. FUE A TOCAR DE OIDO.
¿¿¿La "banda discreta"??? ¿Vos viste lo que sonó en, por ejemplo, "Sina"? Matate!
"Djavan no es un cantante muy dotado". Hay que tener huevos para escribir esto; o tener un tapón de sidra en los oídos.
Después esa cosa de buscarle el pelo a la sopa --seguro que con los amigotes de su palo no lo hace-- "cuando su voz entra en el registro grave pierde tonicidad y precisión". OBVIO que un cantante de un registro que tiende a los agudos como Djavan y que es uno de sus fuertes, cuando baja no rinde tanto. Ojo, no rinde tanto, lo que no significa que lo haga mal, ¿estamos? Pero escrito como lo pone él es despectivo y mala leche. Le pasa al 90 por ciento de los cantantes que tienen un registro --me animo a decirte de oreja nomás --de tenor ligero: desde superdotados como Paul Mc Cartney hasta grossos como Prince, Spinetta, Sting, o reyes del agudo y el falsete como Milton Nascimento.
Es hacerse el difícil, el "erudito". Poné lo que quieras "Fede", pero se nota que de Djavan no cazás una.
La última: "Las melodías de Djavan no parecen provenir completamente del folklore brasileño": pero DESCUBRISTE LA POLVORA!!!!?????
De eso se da cuenta hasta la Tota Santillán.
En fin, pero la nota de tapa es a Drexler que no puede cantar ni abajo la ducha.

Son GRISES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

"El mar es de Schanton",
Joao Carlinhos Viana

jueves, mayo 22, 2008

Libertad, fraternidad, igualdad



1. Hace más o menos un año, en París, ocho policías se quedaron solitos arriba de un colectivo... conmigo. Yo estaba sentado en el tercer o cuarto asiento, volviendo de deambular por Champs Elyseès. Eran cerca de las 2am y lo único que me acercaba al departamento donde vivía era un bus nocturno que terminaba en el bello Montparnasse. Lo policías pidieron boleto como acá lo hace el chancho. Eran siete tipos grandotes, de corte de pelo militar, vestidos con un mameluco azul, borceguíes intimidatorios y caras de malos a pesar de sus ojitos celestes. El jefe de la banda era moreno. E iba vestido de civil. Recuerdo su chaqueta marrón, parecida a esa que usaba De la Rúa en plena campaña presidencial.
El poli moreno no tuvo muchas dudas al momento de intimidarme: empezamos hablando en inglés, la cosa siguió con traductora: una chica hija de ecuatorianos les decía que yo no tenía boleto porque pensaba que se usaba el mismo que para el métro. Es decir, sí tenía boleto, pero uno usado. A ellos no les importó mi excusa y les empezó a molestar que los jóvenes del bondi parisino se empezaran a quejar del maltrato. Entonces los bajaron a todos. Una chica bastante bonita alcanzó a pedirme perdón: perdón, pensé, en nombre de las libertades individuales por las que tanto se había luchado históricamente en Francia --Liberté, Fraternité, Igualité--.
Una vez solos (y el chofer, al que yo sentía como una especie de entregador inmutable a mis súplicas) el policía moreno me dijo algo así como estás en Francia y acá se habla francés así que vamos a hablar en francés. Ahí se terminó todo. Hace un año no sabía nada de francés y aún sabiendo no hubiera podido sostener una discusión sin sentido con un policía. Me bajaron del colectivo una vez que decidieron que no iría preso y después de darles 35 euros, a cambio de un recibo legal y todo.
Volví caminando de Montparnasse a la casa donde vivía, en la rue de Commerce y pensaba en lo que me había dicho la dueña de casa, Armelle, ante la reciente victoria de Sarkozy, con su pasado de traductora de Mitterrand en la solapa de su ideología, y años de infancia en Lima, Perú: "Ahora estos hijos de puta no van a dejar tranquilo a nadie. Francia es una mierda".
Yo, en cambio, pensaba en el policía negro, en sus abuelos dueños de una tierra africana o latinoamericana, explotados, esclavizados y oprimidos por el colonialismo de hasta no hace tanto. El moreno que ahora sólo hablaba francés, el idioma de "su" país, que lo hizo policía para perseguir probablemente a otros hijos y nietos de esclavos o inmigrantes, que es más o menos lo mismo.

2. Y hoy los diarios cuentan algo que se sabía que pasaría: Silvio Berlusconi, flamante primer ministro conservador italiano (y dueño del Milan), consagró como delito penal la "inmigración clandestina". La xenofobia no tiene límites en Italia: las penas para los inmigrantes clandestinos serán más duras, se les pondrán pulseras electrónicas y habrá cárcel y multas para los italianos que les den casa o trabajo. Y yo pensaba que claro, la familia de Berlusconi no habrá sentido la necesidad de escapar de la península como tantos millones, como tus abuelos o los míos, la mano de obra ociosa de un país en ruinas que dejó todo y cruzó a este lado. O sí.
Las puertas de Italia se cerraron hoy. Con todo su pasado --y su futuro-- adentro, presa de la ignorancia.


*foto tomada por el autor del blog

martes, mayo 20, 2008

Certezas del tiempo

Se encontraron.
Pero no hubo casualidades. Nunca las había habido en ninguna de las circunstancias que incluyeron a ambos, juntos.
Cortázar, Horacio, La Maga. El Pont des Arts y la rue Dauphine.
Se abrazaron. Se besaron. Durmieron juntos. Comieron manzana cortada finita. Ella no pensó. El, probablemente, tampoco. Ríeron. No lloraron.
Los ojos de Felisberto Hernández, los dientes rechinados de Oliverio.
Dejaron que el tiempo pasara, que el pasado desintegrara el dolor que los unió, sin abismos ni paisajes inmaduros. Deconstruyeron y tal vez hayan creado.
Nadie sabe si el curso de sus vidas quedará destinado a los antojos del tiempo, a su sensibilidad.´

Lo que no falta, nunca, es la incertidumbre.

jueves, mayo 15, 2008

Escupir, la novela de Firpo

Hernán Firpo es un agudo periodista, escribe del carajo y además es mi amigo. Su primera novela, Escupir, está siendo publicada por el blog http://www.lalectoraprovisoria.com.ar/. La novedad va en 11 "folletines", uno por día.
Perdérsela, sería una irresponsabilidad cultural.

miércoles, mayo 14, 2008

Débil fe

"La palabra Dios es nada más que la expresión y producto de debilidades humanas".

Albert Einstein

viernes, mayo 09, 2008

London

Camino entre el absoluto desamparo de la distancia, las veo pasar y siento la paradoja de la felicidad.
Afuera, lo obvio: el frío, la lluvia. Otros signos.
Recorro el éxtasis estampado en el paso cebra de aquella melodía. Luego el llanto pobre: cuatro fotos en blanco y negro me miran sonrientes.
El descubrimiento, la culpa causan cierta compasión en la mirada ajena, cierta afinidad con el vacío. Yo me odio. Y me caigo a pedazos.

Siento la desesperada necesidad de algo familiar.
Un puente, tal vez.
Pero al final siempre son sólo dos cosas:
el recuerdo frío de la belleza, y lo otro.