viernes, mayo 09, 2008

London

Camino entre el absoluto desamparo de la distancia, las veo pasar y siento la paradoja de la felicidad.
Afuera, lo obvio: el frío, la lluvia. Otros signos.
Recorro el éxtasis estampado en el paso cebra de aquella melodía. Luego el llanto pobre: cuatro fotos en blanco y negro me miran sonrientes.
El descubrimiento, la culpa causan cierta compasión en la mirada ajena, cierta afinidad con el vacío. Yo me odio. Y me caigo a pedazos.

Siento la desesperada necesidad de algo familiar.
Un puente, tal vez.
Pero al final siempre son sólo dos cosas:
el recuerdo frío de la belleza, y lo otro.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace rato que venis asi de darky.
Porque tanta oscuridad?
Tildame de loca si queres pero siempre pense en vos como un tipo con mucha luz, la de adentro.

Prudencia.

Anónimo dijo...

Me gusto.
Abrazo
Cui

Fero Soriano dijo...

gracias, cuiz. grande abrazo para tí.

Victoria De Masi dijo...

"Yo me odio. Y caigo a pedazos"

Y yo me odio y me caigo a pedacitos... también.

Lindos versos, no importan de qué lado del mundo vengan.