domingo, diciembre 24, 2006

martes, diciembre 19, 2006

Palabras


“Deja que la palabra sea humilde,
que sepan que el mundo no empezó con palabras, sino con dos cuerpos abrazados, uno llorando y el otro cantando”.
Lê Thi Diem Thúy


Pensaba escribir esta vez sobre un piano y la lluvia o sobre cómo algunos “bien educados” desperdician la comida. De hecho, lo voy a hacer. Pero no ahora. No, porque desde el domingo a la medianoche, cuando salí del cine, permanezco obsesionado con algo, pienso permanentemente en la magia de “La vida secreta de las palabras”, la nueva película de la notable catalana Coixet.
No me gusta contar una película (algo que adoran los reyes del Yo, de oficio “críticos”). Será por eso, ahora pienso, que esta es la primera vez que aquí se escribe sobre cine. Pero esta ocasión es especial. No se trata sólo de cine: acá hay algo más.
De lo que no estoy seguro es de por qué. Ya que no es el primer --ni mucho menos el único-- film donde estremecen los diálogos tanto como las actuaciones (sobre todo la de Tim Robbins), donde la fotografía y la música se embellecen a sí mismas, donde la metáfora es pura sutileza, donde la literatura está tan cariñosamente tratada.
Aunque puede que encuentre una diferencia con el resto: creo que jamás vi una donde el humor sea amor y el horror sea amor y todo sea amor.
Y las palabras (y su ausencia), la cicatriz del silencio.

En el torrente de obsesión en que me sumergí en el post-domingo leí lo que el magnífico escritor John Berger (a quien la película lo homenajea abierta e implícitamente, y en este caso también lo hace con Cortázar) reflexionó sobre esta obra de arte. Una parte del extenso texto dice lo siguiente: “La película trata sobre el deseo que subyace a la idea de que la vida es un regalo. Pero estoy usando palabras grandilocuentes. Mejor escuchar las pequeñas palabras de la película; lo dicen todo.”

Y ya no tengo más nada para decir.

martes, diciembre 12, 2006

Los vivos y los muertos



1. Es tan obvio como innecesario escribir en este blog más de tres líneas sobre la muerte del asesino Pinochet. Las únicas muertes para recordar son las dignas.
2. Así que voy a contar que estuve mirando la tele. Y tuve una experiencia única. Mi vertiginoso zapping se vio interrumpido por la cara de un Tinelli conmovido lagrimeando entre melodías de violín. Ahí paré y me puse a mirar. ¿Qué es lo que se elogia y lo que se critica de un programa de televisión? ¿Desde qué punto de vista? ¿Desde qué lugar?
3. Hace poco, en un reportaje, alguien me dijo que si a la gente le ponés algo interesante desde lo cultural lo va a mirar y así aprenderá. Es tan cierto como que por algo ponen lo que ponen. Digamos, la televisión tiene los televidentes que se merece (y que merecen los anunciantes). Y viceversa.
4. Entonces me siento de espaldas a mí. “Bailando por un sueño”, ese programa que nutre a toda una grilla de televisión (pensar en “no muerdas la mano que te da de comer”), es maravilloso. Su puesta en escena es una composición perfecta pensada con maestría para esos televidentes merecedores. La música épica (el trabajo del musicalizador es brillante), los abrazos tiesos, las lágrimas de todos (ganen o pierdan), el silencio, la impaciencia, los colores llamativos, el traje oscuro del que manda, la palabra “sueño” y el juego a la confusión. Y más: la toma de partido de los otros, la pelea, la amistad y la compasión de y hacia la víctima.
5. Es que hay tanta inteligencia detrás del show que todos disimulan la para nada sutil diferencia entre un sueño y una necesidad. Es la miseria de la condición humana transmitida con precisión.
6. Así que cambio de canal. Prefiero que no me subestimen.

jueves, noviembre 30, 2006

Para George (por Juan Carlos Diez**)



XLVII
Sin salir de la puerta
se conoce el mundo.
Sin mirar por la ventana
se ve el camino del cielo.

Cuando más lejos se va,
menos se aprende.

Así, el sabio,
no da un paso y llega,
no mira y conoce,
no actúa y cumple.
"Tao Te King"
Lao Tse (*)
Una pequeña imagen de Buda que cruzó la tierra y tu foto que se ilumina por sí misma. La mirada concentrada y dulce, quizás parecida a esa forma única con que siempre enhebraste tus melodías.
Tus canciones son generadoras de luz. Muchas, incluso, despliegan tanta espiritualidad que, como tus manos en el diapasón de la guitarra, hacen que la música crezca junto con las plantas, los niños y el deseo de los amantes.
Busco refugio en tu música y lo que encuentro es felicidad. Me repliego en el claroscuro de un templo milenario y tu voz me lleva al futuro, a la esperanza de los pájaros migrantes.
Tu despedida elegante fue la del sabio en la montaña, cantando mantras de amor, antes de iniciar el viaje definitivo. Ese que se llevó parte de nuestra vida, como ocurre cuando nos dejan los seres amados.
"El mundo está terriblemente más vacío ahora sin él", dijo sobre vos, Bob Dylan. Y seguirá siendo cierto.
Qué generosas tus canciones, George. Siempre están ahí para darnos todo. Y encierran en su belleza, el fluir constante de los afluentes del Gánges. "No habrá un futuro donde dejemos de ser", nos recordaste en tu última canción, citando el Bhagavad-Gita.
Te siento muy cerca de mi corazón, fiel amigo, mientras el sol ilumina esta ciudad de solitarios. Tu música colmada de eternidad irradia vida; ella mueve algo en el aire.
Te quiero, te extraño.
(*) George Harrison se inspiró en este texto del Tao Te King para componer The Inner Light, tema grabado por los Beatles junto a músicos de la India.
(**) Juan Carlos Diez es uno de los grandes amigos de la casa. También, es periodista, músico y, aunque probablemente se enoje por decirlo, poeta. Este año publicó Martropía. Conversaciones con Luis Alberto Spinetta, un libro fundamental, no solo para el mundo del rock y del periodismo del rock.

martes, noviembre 28, 2006

Guitarra vas a llorar


George Harrison
(Liverpool, 25 de febrero, 1943 - Los Angeles, 29 de noviembre, 2001)
El Sitio de la Nada lo recuerda con emoción y admiración.

miércoles, noviembre 22, 2006

90's



Introducción
Porque empezamos a escuchar música en los '90 somos así. ¿Cómo? Así. Orejas abiertas justo ahí, justo cuando el mundo empieza a desmoronarse definitivamente. No sólo en Berlín; Seattle explota, los garages también, alguien, en las islas del norte, escupe el suelo, se calza anteojos de sol para no ver más la noche. La basura crece como el pasto. Y alrededor, nosotros. Ingenuos espíritus curiosos temblando ante la caída. Mirando la guerra por TV. Por suerte hay otros que nos guian como pueden (hasta suicidándose).

Nudo
No llevó más de cinco minutos (y lo que yo tardé, como estaba, en encontrar lapicera y papel). Afuera, sobre el asfalto caliente de San Telmo atardeciendo llovía. Adentro sólo había nubes. Nubes verdes. Pero se escuchaba el shhhhh del agua bajando sobre las hojas de dos palmeras gemelas clavadas en el parque del fondo de un edificio sobreviviente de los buenos tiempos. Hay momentos en los que no basta una sola melodía de fondo. Ni siquiera la de la Naturaleza. Así que el dueño de casa, amigo fiel/tipo peligroso para los que evitan pensar, se levantó de la mesa y dijo: "Necesitamos escuchar esto". Aparecieron los Chili Peppers. Apareció Blood Sugar, etc, etc, etc. Y la conclusión, para nada pensada, y de ambos al mismo tiempo: este es uno de los mejores discos de los '.90

Desenlace
Y todo terminó como empezó. Volviendo, escribiendo, discutiendo un pasado sin fin. Aquí está, para él (si me permite publicar su identidad lo haré) y para mí, el Decálogo del Rock de Afuera de los '90. Sin números 1. Sin verdades ni mentiras. A gusto de la Casa, simplemente.

-- Ten, Pearl Jam (1991).
-- Achtung Baby, U2 (1991).
-- Nevermind, Nirvana (1991).
-- Blue lines, Massive Attack (1991).

-- Blood Sugar Sex Magic, Red Hot Chili Peppers (1991).
-- Automatic for the people, REM (1992).
-- Division Bell, Pink Floyd (1994).

-- (What's the story) Morning glory, Oasis (1995).
-- OK computer, Radiohead (1997).
-- Mutations, Beck (1998).



Aclaración
No es un ránking. No se busca la discusión tonta ni se prefieren los gritos de la tribuna boba del rock. El que quiere agregar data, disentir, que lo haga y calle para siempre. El arte no es objetiva, así que no rompan las pelotas con comments del tipo "eh, careta, te olvidaste de los guns".

martes, noviembre 07, 2006

Los domingos

1. Hace muy poco tiempo que aprendí a caminar los domingos. Tal vez como un ejercicio a través del cual, cada paso es un abrazo a uno mismo. Mirar la ciudad un domingo, mientras la atravesás, tiene ese juego paradójico en el que la melancolía te hace un poco feliz.

2. También está la luz. Veo al mundo, los domingos, como si mis ojos estuvieran recubiertos por un papel naranja, o rojo, o color miel. “Encuentro los contrastes y a veces me parece que estoy loca”, me dijo, salvándome los ojos. Supongo que a mí me pasa eso.

3. Y hoy caminé a través del domingo, nuevamente. Volví a mi casa antes de que se terminara el día, bajo esa lumbre de papel de celofán anaranjado, con el sol de frente, midiendo mis pasos de acuerdo a los del día.

4. Es que hay momentos en los que tengo la certeza de que el domingo se termina cuando se cae el sol. Porque el sol no se va: se cae. Con ruido. Tal vez el domingo dure un ocaso (en verano la agonía es más larga, al menos).

5. Y mientras tanto pensé: la mala fama del domingo debería llevarla el lunes.

6. Salvo cuando llueve.

domingo, octubre 29, 2006

Memorias de Adriano


¿Existe "el mejor libro que leíste en tu vida"? Creo que no. O sí, pero no sé cuál es. Tal vez sea “Memorias de Adriano”, de Marguerite Yourcenar, el libro mejor escrito que leí. Aquí, algunas reflexiones de Adriano, imaginadas por esta belga-francesa genial y traducidas a nuestra lengua, nada menos, que por Julio Cortázar.

Del amor y la belleza
Reconozco que la razón se confunde frente al prodigio del amor, frente a esa extraña obsesión por la cual la carne, que tan poco nos preocupa cuando compone nuestro propio cuerpo, y que sólo nos mueve a lavarla, a alimentarla, y llegado el caso, a evitar que sufra, puede llegar a inspirarnos un deseo tan apasioanado de caricias, simplemente porque está a animada por una individualidad diferente de la nuestra y porque presenta ciertos lineamientos de belleza sobre los cuales, por lo demás, los mejores jueces no se han puesto de acuerdo. Aquí la lógica humana se queda corta...

Los escritores
Pero los escritores mienten, aun los más sinceros.

Los poetas nos transportan a un mundo más vasto o más hermoso, más ardiente o más dulce que el que nos ha sido dado, diferente de él y casi inhabitable en la práctica.

La soledad
Si lo observamos, deja de estar solo.

La esclavitud
Dudo de que toda la filosfía de este mundo consiga suprimir la esclavitud; a los sumo le cambiarán el nombre.

Las mujeres
En general, las mujeres son lo que quieren ser.

jueves, octubre 12, 2006

12 de Octubre

“Los indígenas fueron, al principio, derrotados por el asombro”
Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina


Veo el rojo en el calendario.
Es 12 de Octubre.
Así, con mayúscula,
como se escriben
las “fechas importantes”.
Veo que como es 12 de Octubre
los chicos
no van a ir a la escuela,
los otros
van a ir a Punta,
veo a una Buenos Aires
de domingo un lunes
y pienso,
mejor dicho,
me doy cuenta.
Veo que, al fin y al cabo,
ni siquiera el 12 es el 12:
es el 16, el 14
y en cualquier momento
será el 22.
Entonces
abro la boca para decir algo
pero la tengo llena de palabras
como hormigas.
Las palabras,
en realidad,
se me caen,
algunas vuelan de mi boca
en silencio.
Veo el rojo
(rojo sangre)
en el calendario
y pienso en el Día de la Raza.

Pienso:
el Día de la Raza es racismo,
abuso,
es robo,
opresión,
injusticia
barbarie,
explotación,
piratería.
Es genocidio y ruinas
en nombre del Padre,
del Hijo
del Espíritu Santo,
amén
(la mentira,
la mala educación).
El Día de la Raza son
cinco siglos
de tiempo perdido:
el fin
del futuro,
antes del pasado.

martes, octubre 10, 2006

Hombre joven

Por año,
234 días tomo decisiones equivocadas
181 días siento a la muerte detrás de mí
206 días escucho una canción de John Lennon (y a veces lloro)
54 días le sonrío a un desconocido,
129 días huelo el aroma a edificio gris de mi escuela secundaria
99 días me río demasiado pero no lo suficiente
362 pienso en ella

De cada día,
5 horas sé que no sé ser feliz
20 me da escalofrío entender que los mataron,
Y en las mismas me pregunto qué quiere decir terror.
1 hora estoy loco
8 horas quiero golpear a mi jefe
Media hora no logro imaginarme de anciano
11 horas sospecho que no habrá paz
A cada
segundo
tengo
la certeza
de no
saber
quién
soy.

domingo, octubre 08, 2006

Cuelgue

"Un hombre distraído está pensando, siempre, en algo más".



Alfredo Bryce Echenique,
del texto "Praga siempre estaba ahí
por la mañana".

lunes, octubre 02, 2006

Que aparezca López


Jorge Julio López, ex detenido y desaparecido durante la Dictadura, fue un testigo clave en el juicio al comisario asesino Etchetcolatz. Desapareció el 18 de septiembre, horas antes de que se conociera la sentencia al genocida.

Dijimos NUNCA MAS.

viernes, septiembre 22, 2006

Y ahora... el Día de la Primavera


Y ahora el día de la Primavera.
¿De qué cerebro sagaz vendrá esta jornada estúpidamente festiva? ¿Por qué se festeja el día de la Primavera y no el del Verano o el del Invierno, para los fans del frío como mi abuela Juana?
¿Por qué escribo Verano, Invierno y Primavera con mayúsculas?

Si bien este día (el de la primavera) no tiene demasiadas connotaciones comerciales --más allá de que esta vez les toca forrarse de guita a los floristas y los ponjas que las cultivan en Escobar y en La Plata-- sí tiene, al menos para mí, un significado gris, otoñal, para decirlo de algún modo.
El recuerdo que tengo del Día de la Primavera en mis años mozos (hablo de los de la primaria y secundaria y no de los que fui barman en la noche platense) trae los aromas de la frustración y no de pétalos de jazmín. Siempre que la escuela primaria preparaba un paseo (al parque Pereyra, al Cinturón Ecológico de Villa Domínico o al cine Mitre, hoy restorán chino) llovía. Siempre. Eso significaba, no sólo la ausencia de libertad, de ensuciar el guardapolvos, si no la imposibilidad de decirle que me gustaba a la chica que me gustaba. No sé por qué esperaba al día de la primavera para decírselo si sabía que iba a llover. O era el día de la primavera o no era nunca. Y nunca fue.
Hasta que empecé a trabajar en el diario y los días de la primavera tuvieron sol, pero ya no había paseos, ni chicas que me gustaran, ni maestras cursis*, ni flores, ni blogs, ni preguntas como la que me hago ahora: ¿qué carajo estoy escribiendo?

* ahora que lo pienso, olvidé escribir sobre el Día del Maestro. Es que después de lo de las Torres, hay algo para festejar realmente. ¿Así que mi señorita de sexto grado, una ignorante marca cañón, que nunca me devolvió un folleto que traje del Glaciar Perito Moreno, así que mi profesora de inglés fascista del colegio secundario fascista que decía que "bombero" se decía "bomber" merecen un día de homenaje? Querido Sarmiento, a pesar de todo su ímpetu pro-yanqui, vomite.

miércoles, septiembre 06, 2006

Imagen y palabras


1

¿Dónde está la sombra
de un objeto apoyado contra la pared?
¿Dónde está la imagen
de un espejo apoyado contra la noche?
¿Dónde está la vida
de una criatura apoyada contra sí misma?
¿Dónde está el imperio
de un hombre apoyado contra la muerte?
¿Dónde está la luz
de un dios apoyado contra la nada?

Tal vez en esos espacios sin espacio
esté lo que buscamos.

------------------------------------

4

Hay que alcanzar esa mirada
que mira a uno como si fuera dos.
Y después mira a dos
como si fuera uno.
Y luego todavía
mira a uno y a dos
como si fueran ninguno.

Es la mirada que escribe y borra al mismo tiempo,
que dibuja y suspende las líneas,
que desvincula y une
simplemente mirando.
La mirada que no es diferente
afuera y adentro del sueño.
La mirada sin zonas intermedias.
La mirada que se crea a sí misma al mirar.


* Foto tomada en la AU BsAs--La Plata, en un amanecer de noviembre del '05
* Poesías de Roberto Juarroz ("1" y "4". Octava Poesía Vertical, 1984)

miércoles, agosto 23, 2006

Under desconstruction

Esta semana no se me ocurre nada interesante para volcar en este espacio libertino.
Se aceptan musas, sugerencias, preguntas, adivinanzas o, incluso, fotos eróticas Gladys Florimonte.

lunes, agosto 14, 2006

Sólo los chicos (otro "Día de")

Siguiendo con la conspiración de los "Día de..." ahora mi mente se entorpece con el del Día del Niño, movida cínica que armaron los descendientes de Yepeto que tienen sus negocios ahí, a la vuelta de la subida Jujuy de la Au 25 de Mayo, y otros como el insoportable de Calabró ´(algún día hablaré de este asco de tipo que dice con orgullo no haber viajado más allá de Mar del Plata porque no le interesa), que se dedicó al rubro juguetes porque no le alcanzaba con el macabro curro de Calabromas.
Entonces me pregunto algo que al fin y al cabo vincula a mi profesión con esta otra movida comercial sub 12: ¿por qué todos los noticieros y programas de radio, cada vez que pasan notas sobre el Día del Niño eligen SIEMPRE poner la canción "Sólo los chicos", de Fito Páez (Tercer Mundo, 1990)? ¿No se les ocurre otra idea que mandar irreversiblemente este tema, que encima es una de las peores creaciones de alguien que fue un gran músico hasta que se "hamburguesó", como dice el hijo de un amigo? ¿¿¿¡¡¡Por qué no cantan "Niño de ya de joder con la pelota"!!!!???
Amigo que ahora que lo pienso le debe de haber regalado algo al niño el domingo y se debe de haber emocionado con su rostro encendido de alegría.

martes, agosto 08, 2006

martes, agosto 01, 2006

Ollantaytambo

Escucho el quejido de la tierra
y me agacho hasta su vientre,
donde permanece aquel olor
nacido de tus dioses olvidados.

Vivo de momentos como este;
ahogado por una luz imperturbable,
seducido por la irrealidad del renacer.

Son tiempos estoicos,
de revanchas condenadas
al fracaso entre los héroes.

martes, julio 25, 2006

The Moon (aclaración)

Debido a un sinfín de llamados que recibió la oficina de Atención al Lector de El Sitio de la Nada, y a algunos comentarios socarrones de parte de amigos, enemigos e integrantes de la NASA, reafirmo lo que escribí en el paréntesis anterior: para mí, los yanquis nunca llegaron a la Luna. Yo estuve en Cabo Cañaberal y ví el supuesto polvo lunar y era jabón Blanco Ala. Neil Armstrong dijo lo del pequeño paso para el hombre, gran paso para la Humanidad, encerrado en un estudio de radio de Fort Lauderdale, ni siquiera es cierto que llevó el banderín de Independiente, hecho tal vez más verídico que los otros.
Y aquí una prueba que tienen los REM, de su hermosísima canción "Man on the moon", del aún más hermosísimo long play "Automatic for the people": "If you believed, they put a man on the moon, man on the moon".
Buen viaje.

martes, julio 18, 2006

Pregunta sobre el Día del Amigo

Lo más cursi --pero cierto al fin como casi todas las cursilerías-- es que el Día del Amigo, brutal invento del mercado de estos tiempos (desde que dicen que el hombre llegó a la Luna, aunque yo nunca pude comprobarlo), debería ser todos los días. Y si no es todos los días, pues ninguno.
Pero este modesto escribiente de palabras sonsas (o zonzas, nunca supe cómo se escribe) se pregunta qué es entonces: ¿Acaso es el día de los restaurantes?
Buen provecho.

sábado, julio 15, 2006

Conclusiones

De la felicidad
El hombre suele llegar a la certeza de que se necesita poco para ser feliz. Y que conseguirlo cuesta mucho. Incluso, que puede ser meramente una utopía.

Tiempo
El Tiempo te despoja hasta de la dignidad. Lo único que nos deja, al final, es una silla de ruedas. Y si tenemos suerte, a motor.

Road Movie
Un viejo con cara de niño, que caminaba solo, me dijo: "Permanentemente, en la calle, veo películas extraordinarias dentro de mi cabeza. Si hubiera nacido con la capacidad de proyectarlas en las cabezas de los otros, creo sería mejor que Kubrick".

viernes, julio 14, 2006

Maldiciones

Siempre sospeché que ese mote, esa antojada crucifixión hacia algunos personajes populares y no tanto, era pura maldad, ensañamiento, o una broma de mal gusto que nació como una joda y que el “boca en boca” transformó en leyenda. Desde pibe dudé del daño a la Humanidad que se dice que provoca el famoso mufa. O piedra. O yeta, o como se lo quiera llamar.
Por eso, por mi vacilación, me mantuve igualmente del lado acusador. Y bajo una conducta casi religiosa, ante cada peligrosa aparición, o cuando su nombre se escuchó, procedí metódicamente a exorcizar el maleficio con el breve pero consistente acto de tocarme el testículo izquierdo con mi mano derecha. Sin embargo, a pesar de mantener mi fidelidad al credo, en los últimos tiempos (meses, digamos) empecé a plantearme mi injusto acto y a descreer un poco de esta especie de leyenda sobre demonios urbanos. Me pregunté: "¿Si yo no creo en la existencia de Dios, ni siquiera creo en mí, por qué he de creer en estas pelotudeces?"
Así comenzaron los intentos por librarme de ese movimiento casi masturbador, bajo la pretensión de ignorar algunas señales, como las que se me aparecieron este sábado, el día del debut en mi nueva vida sin prejuicios. La reacción fue inmediata: salí de mi casa y ante el primer riesgo, sobre la avenida Juan B. Justo, me choqué con una sucesión interminable de carteles que anunciaban el show de una famosa cantante melódica (a quién no voy a nombrar por obvias razones cabalísticas) con nombre de “hecho natural y metereológico” que surge del choque de masas de aire caliente con masas de aire frío: Storm, en inglés (y lo digo sin miedo porque nadie me aclaró que la maldición cruce las fronteras del idioma, así que me amparo en las costumbres anglosajonas, esa gente tan racional). A pesar del colapso visual y mental, y de la fuerza que hizo mi mano derecha por acariciar sutilmente mi zona reproductiva, traté de ser fuerte y logré vencer a la tentación.
A los 200 metros apareció otro cartel similar y en una seguidilla parecida, con un personaje famoso por irradiar catástrofes a su alrededor, según dicen los expertos en la materia. Este señor, conocido como Cacho “Almendra” (famoso sex symbol de otra época, especie de grasa semental porteño, aparentemente, ahora fetiche de la gente cool de Buenos Aires) me miró de reojo, desafiante. “Logré sentir un irónico ‘a ver pibe cómo zafás de ésta’ que salía de su sonrisa. Pero me esforcé y continué con mi nueva conducta agnóstica.
Algunas horas después, ese mismo sábado, pero a la noche, me topé otra vez con el mismo cartel, pero adentro de un teatro donde se anunciaba su show a la espera de la música de Spinetta. “¿No te tocás ahí?”, me dijo un amigo, sorprendido ante mi indiferencia. No le contesté. Pero logré superar el intento de bloquear el supuesto maleficio y afortunadamente mis testículos permanecieron durante esa noche, y por primera vez en muchos años, intactos.
Tenía la grata excitación de haber madurado. Me sentía pleno. Pero aquella extraña sensación de bienestar fue tan breve como la ilusión que me generó la inocencia de estos siniestros personajes.
Debo reconocer que enseguida me di cuenta del error. Cuando llegué al auto y vi el vidrio roto, convertido en miles de astillas sobre las butacas y el tablero, y desde el agujero negro donde antes estaba el estéreo salían los cables de colores como tentáculos descontrolados, admití mi falta de respeto.
Señores, prometo no volver a subestimar a las divinidades del mal. Nunca más.
In Cacho we trust.

lunes, julio 10, 2006

Poesía para estos días (1)

Escribir cualquier cosa sobre la literatura (literatura, amigos susceptibles, sólo literatura) de Borges es caminar sobre la cornisa de lo ridículo. Una falta de respeto. Aquí, un monumento a la ironía, a la lucidez: uno de mis poemas preferidos del viejo maestro.


Fragmentos de un Evangelio apócrifo (Jorge Luis Borges)

3. Desdichado el pobre en espíritu, porque bajo la tierra será lo que ahora es en la tierra.
4. Desdichado el que llora, porque ya tiene el hábito miserable del llanto.
5. Dichosos los que saben que el sufrimiento no es una corona de gloria.
6. No basta ser el último para ser alguna vez el primero.
7. Feliz el que no insiste en tener razón, porque nadie la tiene o todos la tienen.
8. Feliz el que perdona a los otros y el que se perdona a sí mismo. Bienaventurados los mansos, porque no condescienden a la discordia.
10. Bienaventurados los que no tienen hambre de justicia, porque saben que nuestra suerte, adversa o piadosa, es obra del azar, que es inescrutable.
11. Bienaventurados los misericordiosos, porque su dicha esta en el ejercicio de la misericordia y no en la esperanza de un premio.
12. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ven a Dios.
13. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque les importa más la justicia que su destino humano.
14. Nadie es la sal de la tierra, nadie, en algún momento de su vida, no lo es.
15. Que la luz de una lámpara se encienda, aunque ningún hombre la vea. Dios la verá.
16. No hay mandamiento que no pueda ser infringido, y también los que digo y los que los profetas dijeron.
17. El que matare por la causa de la justicia, o por la causa que el cree justa, no tiene culpa.
18. Los actos de los hombres no merecen ni el fuego ni los cielos.
19. No odies a tu enemigo, porque si lo haces, eres de algún modo su esclavo. Tu odio nunca será mejor que tu paz.
20. Si te ofendiere tu mano derecha, perdónala; eres tu cuerpo y eres tu alma y es arduo, o imposible, fijar la frontera que los divide.
24. No exageres el culto de la verdad; no hay hombre que al cabo de un día, no haya mentido con razón muchas veces.
25. No jures, porque todo juramento es un énfasis.
26. Resiste al mal, pero sin asombro y sin ira. A quien te hiriere en la mejilla derecha, puedes volverle la otra, siempre que no te mueva el temor.
27. Yo no hablo de venganzas ni de perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón.
28. Hacer el bien a tu enemigo puede ser obra de justicia y no es arduo; amarlo, tarea de ángeles y no de hombres.
29. Hacer el bien a tu enemigo es el mejor modo de complacer tu vanidad.
30. No acumules oro en la tierra, porque el oro es padre del ocio, y este, de la tristeza y del tedio.
31. Piensa que los otros son justos o lo serán, y si no es así, no es tuyo el error.
32. Dios es mas generoso que los hombres y los medirá con otra medida.
33. Da lo santo a los perros, echa tus perlas a los puercos; lo que importa es dar.
34. Busca por el agrado de buscar, no por el de encontrar . . .
39. La puerta es la que elige, no el hombre.
40. No juzgues al árbol por sus frutos ni al hombre por sus obras; pueden ser peores o mejores.
41. Nada se edifica sobre la piedra, todo sobre la arena, pero nuestro deber es edificar como si fuera piedra la arena...
47. Feliz el pobre sin amargura o el rico sin soberbia.
48. Felices los valientes, los que aceptan con animo parejo la derrota o las palmas.
49. Felices los que guardan en la memoria palabras de Virgilio o de Cristo, porque éstas darán luz a sus días.
50. Felices los amados y los amantes y los que pueden prescindir del amor.
51. Felices los felices.

lunes, junio 26, 2006

Chat

.... says:
hola

Nowhere Man (elsitiodelanada.blogspot.com ofrece sus novedades) says:
que tal?

.... says:
bien

.... says:
vos

.... says:
vos tenes delay

Nowhere Man (elsitiodelanada.blogspot.com ofrece sus novedades) says:
yo tengo un elefante que se llama trompita

.... says:
y te mueve las orejas?

.... says:
o no

Nowhere Man (elsitiodelanada.blogspot.com ofrece sus novedades) says:
no, se las quemó en una fiesta de disfraces. Se había disfrazado del Chavo del 8 y cuando fue a soplar las velitas se le prendió fuego el gorro y con el gorro las orejas. Y no llamó a su mamita porque hay algo que debés saber: Trompita es guacho

..... says:
ah

.... says:
que suerte la de trompita

Nowhere Man (elsitiodelanada.blogspot.com ofrece sus novedades) says:
trompita tiene tanta mala leche que en su barrio dicen que lo meó un elefante

.... says:
cofcof

.... says:
tenes un dia de mierda

.... may not reply because ....'s status is Offline

martes, junio 20, 2006

Te miran, luz


Son dos rostros unidos por la historia, dos miradas atraidas por una luz alta, impredecible, en el fondo de un río sagrado lleno de estrellas .
¿Será un viaje hasta las ruinas del recuerdo?
"No, van por un camino que lleva hacia atrás, al lugar donde una vez hubo sonrisas", me habló al oído un niño de arrugas profundas.
Quizá --pensé mientras los veía andar-- busquen el día en que otra bandera, menos inquisitiva, se plante de cara al sol, rindiéndole tributo a su sangre derramada.

(foto tomada en los arlededores del Cusco, abril 06)

martes, junio 13, 2006

Leer música no es tan difícil


No dejes de leer "Martropía. Conversaciones con Luis Alberto Spinetta", de mi gran amigo, el periodista Juan Carlos Diez. Para el que conoce al Flaco, una joya. Para el que no, una puerta inevitable por donde entrar al mondo spinetteano.

El (des)amor y la paz

1- ¿Y si el mundo hubiera sido conquistado al revés? ¿Si Chapakutec, el gran emperador Inka, hubiese invadido las tierras de los borbones y flamencos y sometido en las mitas a los burgueses de la Vieja Europa? ¿Qué sería de las rubias y de su andar tan codiciado?

2- Uno no puede pretender enamorarse de una francesa, una sueca o, incluso, una brasilera. El amor hace raíces sobre la tierra que uno aprendió a pisar. Las demás son cosas que pasan solo en la literatura, el cine o en vidas de personas demasiado afortunadas.

3- ¿Por qué habría de querer enamorarme yo de los ojos de esa sueca o danesa que está sentada frente a mí y nunca me miró en los 30 minutos que llevo desnudándola, besándola, diciéndole cosas chistosas en el sueco o danés que nunca aprendí? Esa perfecta simetría que forman sus labios, su nariz tallada a mano o sus ojos ordinariamente nórdicos no son razón suficiente para que yo intente vanamente concentrarme en esto que escribo a ciegas y en mi desnutritivo sandwich de palta y pollo, al ritmo de una música que hace las veces de revolvedor de estómago.

4- Es mejor que no me mire esta escandinava de pelo negro y piel blanca. Mientras nuestros ojos no se crucen, mientras ella siga jugando con los restos de jugo de ananá, absoribiendo y soplando el sorbete blanco y celeste, y yo mantenga de manera poco astuta la mirada sobre este papel, nada puede pasar, no hay peligro de derrumbe. Si ella notara mi perplejidad ante su estética figura y me regalara un segundo de su vista, todo este palabrerio se desmoronaría como una catedral vieja. Y yo no me perdonaría nunca no haberle sonreído, en este instante decisivo que tienen las vidas y los fracasos.

5- Tal vez sea yo una especie de fantasma deambulando por La Paz (ciudad caótica y extraña, de falsos taxistas, falsos policías, libros y cd's truchos, fetos de llama disecados esperando ser comprados por quién sabe qué ser "humano" y cholas cargando en sus espaldas la falta de culpa de los pocos ricos que viven al Sur de la realidad). Veo un cartel del otro lado de la calle: "Mercado de las brujas". Acabo de caminar por allí y tal vez algún hechizo me hizo esa chola disgustada por mi persistente y poco exitoso regate.

6- No. Existo. Fatalmente existo. El mozo me trae la cuenta.

7- Y esta muchacha vecina del Polo Norte, que ahora descubro que lee "Reise Degbok. Vol II", no sólo no cambió de parecer respecto de mí; ahora me da la espalda.

8- Hace frío y hace calor en La Paz. Pago y me voy.

La Paz

La Paz es algo ya contado. La Paz es una ciudad con dos o (más)caras. El mundo que gira dentro de este pozo rodeado de montañas tapizadas por casas sin terminar (absolutamente todas quedan a medias, con el naranja del ladrillo hueco brillando en el atardecer, con ventanas vacías o segundos pisos que nunca serán) y atrás ese cerro nevado para siempre (del olvidé el nombre varias veces), decía que el mundo que gira por aquí es capaz de oprimirte el pecho hasta sentir el tórax en la espalda.
Los 3600 metros sólo se notan en las calles cuesta arriba (una amiga griega dice que aquí uno recuerda los sueños a causa de la altura. No intenté pedirle una explicación científica al respecto y tampoco creo que sea tan importante saberla). Entonces la opresión no es la altura: son los minibuses tocando bocina, atropellando gente, gritando desde una ventanilla mal cerrada su destino. Son los policías por todos lados y los falsos policías por todos lados. Es el olor a frito, el olor a pis, las campanas desafinadas de una vieja catedral, los perros peleando en la puerta de la Casa de Gobierno mientras Evo pelea por otra corona en Viena.
La Paz te oprime y te abre los ojos. Te invita a pasear con ella. Hay que caminar con los ojos abiertos en La Paz (y con la mochila adelante) para no tropezarse con alguno de los puestos ambulantes que hay en todas-todas las calles, pegados unos a los otros. Porque en aquí --como en Lima-- no existen los kioscos, ni creo que se conozca la palabra. Pero en la calle uno puede comprar lo que sea y al mejor postor: peines, pilas, chocolates, bufandas, lentes de sol, libros y bombachas, desodorantes y shampoo para la caspa. Se puede llamar por teléfono (uno como el que tenemos en casa) parado en la vereda, a un metro del cordòn (sí, la pregunta es exactamente esa: ¿¡cómo conectan la línea!?).
De día en La Paz hace calor, pero nadie va a venderte una cocacola fría. Las casas de comidas no enchufan las heladeras. "Si está fría, amigo", te explican como sollozando.
Pero hay algo en La Paz que es como un imán. Tal vez sea la combinación de todo: la opresión, el caos, la altura, el sol y las noches frías. Y las estrellas y las luces de las calles asomando en los cerros, que parecen duplicar la Vía Láctea.
Siento que La Paz es una de esas ciudades a las que uno les empieza a sentir un amor desesperado cuando las deja. Siento que voy a extrañar la poca paz de La Paz.
O será que mientras escribo, el sol se derrite por última vez detrás de la inimaginable pobreza de El Alto. Quizás es que es sábado y el señor que comparte el banco de la plaza Murillo conmigo se quedó dormido con el diario abierto, bajo un silencio encantador.

Titicaca



La belleza del Titicaca es tan indivisible, tan audaz, que corre el riesgo de ser cursi. No vale la pena intentar nada con ella, cualquier forma de retrato sería escasa.

Es mejor que el lago Titicaca desaparezca, incluso, de la memoria; no hay que devastar su inmensidad con la violencia de los recuerdos.

(foto tomada en la Isla del Sol, Bolivia, mayo 06)