“Deja que la palabra sea humilde, que sepan que el mundo no empezó con palabras, sino con dos cuerpos abrazados, uno llorando y el otro cantando”.
Lê Thi Diem Thúy
Pensaba escribir esta vez sobre un piano y la lluvia o sobre cómo algunos “bien educados” desperdician la comida. De hecho, lo voy a hacer. Pero no ahora. No, porque desde el domingo a la medianoche, cuando salí del cine, permanezco obsesionado con algo, pienso permanentemente en la magia de “La vida secreta de las palabras”, la nueva película de la notable catalana Coixet.
No me gusta contar una película (algo que adoran los reyes del Yo, de oficio “críticos”). Será por eso, ahora pienso, que esta es la primera vez que aquí se escribe sobre cine. Pero esta ocasión es especial. No se trata sólo de cine: acá hay algo más.
De lo que no estoy seguro es de por qué. Ya que no es el primer --ni mucho menos el único-- film donde estremecen los diálogos tanto como las actuaciones (sobre todo la de Tim Robbins), donde la fotografía y la música se embellecen a sí mismas, donde la metáfora es pura sutileza, donde la literatura está tan cariñosamente tratada.
Aunque puede que encuentre una diferencia con el resto: creo que jamás vi una donde el humor sea amor y el horror sea amor y todo sea amor.
Y las palabras (y su ausencia), la cicatriz del silencio.
En el torrente de obsesión en que me sumergí en el post-domingo leí lo que el magnífico escritor John Berger (a quien la película lo homenajea abierta e implícitamente, y en este caso también lo hace con Cortázar) reflexionó sobre esta obra de arte. Una parte del extenso texto dice lo siguiente: “La película trata sobre el deseo que subyace a la idea de que la vida es un regalo. Pero estoy usando palabras grandilocuentes. Mejor escuchar las pequeñas palabras de la película; lo dicen todo.”
Y ya no tengo más nada para decir.
Y las palabras (y su ausencia), la cicatriz del silencio.
En el torrente de obsesión en que me sumergí en el post-domingo leí lo que el magnífico escritor John Berger (a quien la película lo homenajea abierta e implícitamente, y en este caso también lo hace con Cortázar) reflexionó sobre esta obra de arte. Una parte del extenso texto dice lo siguiente: “La película trata sobre el deseo que subyace a la idea de que la vida es un regalo. Pero estoy usando palabras grandilocuentes. Mejor escuchar las pequeñas palabras de la película; lo dicen todo.”
Y ya no tengo más nada para decir.
9 comentarios:
Algunas cosas:
--El texto completo de John Berger puede encontrarse en: http://www.clubcultura.com/clubcine/clubcineastas/isabelcoixet/vida_secreta/apuntes_esp.htm.
--La frase del inicio "Palabras" está tomada también de lo escrito por Berger. Lo puse porque me encantó, porque merece ser leída y no todos tal vez lleguen al texto original.
Compre loco...a cuanto tenes la copia??
Creo que esta idea se ajusta la Fenomenología existencial de Merleau Ponty, y su concepción del "cuerpo vivido" como origen de la percepción y el sentido.
¿Eh?
En la naturaleza de las cosas, el sentido de lo no develado.
En la conjetura de las ideas, la estúpida consciencia de suponer el ideal; y en el secreto de las palabras, la dulce tentación de saber que el poder de lo nombrado no se remite sólo a letras: también a miradas, gestos, odios, lágrimas, miserias, histerias y locuras que por no ser contadas terminan siendo apenas un sueño, y encima a veces muere.
me desperté "jodida y radiante". en la mitad del mundo te soñé.
nos mirabamos.
Hay tantas cosas que se pueden decir sin palabras...
Esta película, que ya forma parte de mis favoritas, lo demuestra.
Coincido mucho con tus comentarios.
Gracias "anonimo". Odio tener tanta curiosidad por los "anónimos"; me queda la sensación de un diálogo cortado, inconcluso para siempre.
Creo que es uno de los próximos temas que tocaré aquí, ahora que lo pienso.
Ser "anónimo" permite que digas cosas que de otra forma, quizás, no las digas. Además, según un diho, la curiosidad mata al hombre, no?
Espero leer sobre este tema y haré mis comentarios.
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