jueves, enero 29, 2009

Cara conocida (cuarta crónica del Este)

Lo que me llamó la atención fue la belleza de la rubia. Estaba sentada en una mesa en la vereda, mirando hacia la calle. Se parecía mucho a Uma Thurman, eso hacía inevitable la mirada. A él lo vi inmediatamente después. Los hombres observamos a los hombres que están con las mujeres atractivas, sabemos que es muy probable que nos llevemos alguna sorpresa. Y más en Punta del Este. Y ahí estaba él, a punto de morder un chivito sostenido firmemente por sus dos manos, con la boca abierta, el pelo engominado tirado para atrás y esa barba de siempre, aunque más canosa de lo que la recordaba.

Me frené, tuve el impulso de decirle algo. Busqué a su alrededor si alguien había notado esa presencia. Pero todo parecía como siempre. Al fin y al cabo, en La Barra están todos en la misma. Lo miré, traté de forzar que me vea, pero nada. Entonces seguí camino hacia mi coche.

Subí, arranqué y volví hacia esa vereda. Cuando lo tuve enfrente, bajé la ventanilla. No soportaba la idea de irme de ahí sin que él se fuera con un recuerdo mío.

Entonces le grité su apellido. No me escuchaba. Grité más fuerte. Atrás mío, algunos autos tocaban bocina, a los costados, la gente me miraba más a mí que a él. Seguí gritando, ya con una insistencia casi psicótica, hasta que me vio. Abandonó el diálogo con alguien que estaba parado al lado suyo y levantó el brazo para saludarme. Sonreía amablemente.



"La concha de tu madre, ladrón hijo de mil putas", le grité con medio cuerpo afuera del auto, pero sin borrar el gesto victorioso y cordial de mi cara.



Su sonrisa empezó a marchitarse y sólo atinaba a asentir lentamente con la cabeza. Ni miró a los costados. Yo sí, y ví que algunos me miraban y se reían.



"Este hijo de puta arruinó al país", les recordé. Y enseguida volví a él, que seguía observándome con el chivito en la mano: "La concha de tu madre, hijo de puta. Hacete un orto nuevo, Manzano, ladrón hijo de puta".



Después me fui. Las bocinas ya eran un poco insoportables.



7 comentarios:

Sandokán dijo...

Nadie dijo nada o todos viven en un burbuja de agua? Seguro varios de los que te tocaban bocina a vos fueron al cacerolazo y gritaron "que se vayan todos"

Fero Soriano dijo...

Acá todos viven en una burbuja, pero me parece que es de champagne y no de agua. abrazo, sandokan.

Diego Sagardía dijo...

Excelente, Fero. Bien hecho. Gritemos todos:"La concha de tu madre, hijo de puta. Hacete un orto nuevo, Manzano, ladrón hijo de puta".
¿Volverás sin voz desde el Este?
Abrazo

Anónimo dijo...

Qué fascinante es esa sensación de liberación. Y que te sigan tocando bocina, a ver si todavía se les enfría el sushi.

FP

Firulo dijo...

esto pasó posta, no? no vas a ser tan hijoputa de hacerte héroe de ficción..

Cuiz dijo...

Jajaja! Chapó (Chapeau) Mr Soriano!
Abrazo
Cui

Anónimo dijo...

me uno al insulto!! pero............ manzano rima con soriano,no??
el casco