martes, julio 28, 2009

Pensar

¿En qué reparamos los argentinos cuando pensamos un país? ¿En llegar a fin de mes?
¿En que lo mal que está que la presidenta aparezca media hora tarde para la foto? ¿En sus labios colagenados? ¿En lo bien que baila el imitador de De Narváez?

¿Qué buscamos los argentinos para vivir tranquilos? ¿Que el auto nuevo ande bien? ¿Que el pibe que nos roba esté en la cárcel? O mejor: ¿muerto? Hablo del pibe que nos roba, el pibe que anda con un fierro porque su vida no vale nada y en ese razonamiento, si la suya no vale: ¿por qué va a valer la de otro? La DEL otro. La mía. La tuya.
Hablo del pibe que se quema con paco y no llora. Que se quema con paco hasta morir. O hasta matar.

¿Qué buscamos los argentinos para vivir tranquilos? ¿Una policía corrupta que se roba la droga que incauta o sale borracha a matar a tiros a la gente, que extorsiona, que viola los derechos humanos, pero que nos da seguridad?

¿Qué queremos los argentinos de nuestra tierra? ¿Queremos devastarla, sacarle todo para plantar más soja? ¿Convertirla en un desierto? ¿Un lugar sin árboles, sin agua, sin gente?

¿Queremos menos retenciones para hacer más grande la pileta de la mansión? ¿Qué queremos? ¿Atropellar la vida a bordo de una 4x4 y veranear en Punta?

¿En qué estamos pensando cuando nos olvidamos de lo que somos y de la suerte que tenemos de estar de este lado de la villa, de este lado de la miseria, del hambre, de la exclusión definitiva, sobreviviendo? ¿De lo afortunados que somos que nacimos de este lado del muro con el que todavía sueña Gustavo Posse en San Isidro?

Y te hago otra pregunta: ¿En qué pensás cuando pensás en Chaco? En esa provincia tan joven como pobre, exhuberante en belleza y en desigualdad.

Chaco no sólo se queda sin árboles por la tala indiscriminada. Se está quedando sin su gente.

En Resistencia la mitad de su población es pobre. Y casi dos de cada diez son indigentes. Un alto porcentaje de chicos está desnutrido.
En Chaco la gente vive, en promedio, seis años menos que en el resto del país. Los ríos se secan y los que no, están contaminados por los agroquímicos. La población bebe la escasa agua de esos ríos y se muere de cáncer, o nace malformada, o retrasada mental.

Las comunidades indígenas sufren la falta de agua y de comida. El invasor se cansó de matarlos, pero la tuberculosis todavía es impiadosa: encontró un lugar perfecto para perpetuar su historia milenaria en la sangre de los humanos (sí, los indígenas son humanos).

Chaco, esa Chaco, es Argentina. Te suena obvio, pero no estoy seguro de que lo sea. Te lo digo de vuelta, porque no hablo de la mera ubicación geopolítica: Chaco ES Argentina. Y vos y yo vivimos en Argentina.

Estos tres segundos de silencio son para que pienses en eso.



Editorial leída en el programa de radio Quieras o no (martes, de 12 a 13 por Identidad FM 92.1)

3 comentarios:

Unknown dijo...

muy bueno. profunda reflexión que no olvida de poner el corazón. reflexión: costumbre en vías argentinas de extinción.
corazón: metáfora para los poetas que viven alejados de la realidad.

tu amigo Juan

Anónimo dijo...

sos grande, che... ese vaciamiento indicriminado de la tierra nos va vaciando por dentro.. cuando en nuestro barrio ya no hay arboles, cuando pienso a la noche en lo poco que miro el cielo...

Unknown dijo...

Buenas palabras: en forma y contenido. No hay que decir tanto, hablar está prohibido, nombrar está prohibido, inquietar sus vidas almidonadas de mentiras está prohibido. "A qué hemos llegado" se repite el buen señor de la esquina que pasea en camioneta, y el que la camina también. Un carajo el vecino, un carajo los pibes que fuman paco y poxi. A la mierda todo... Que no se arrega con nada