jueves, julio 16, 2009

Raro

Ya he dicho alguna vez que desconfío de las mujeres que llevan sin preocupación, como algo normal y cotidiano, los aros perla.

Aquí por donde ando ahora, ese sentimiento se ha convertido en pesadilla. Lindas o feas, modernas o, como la mayoría, pacatas. Relajadas o perseguidas. De las que miran a los ojos a los hombres, o las otras. Todas o casi todas.

Nueve de cada diez mujeres tucumanas usan aros perla.

Siento escalofríos.

3 comentarios:

Diego Sagardía dijo...

Ferito, cuidate. En ese terruño hay enanos que de noche se ponen aros de perlas y atacan a las personas.
Abrazo

Cuiz dijo...

A encerrarse y esperar deseperado la hora de volver.
No qusiera estar en tu lugar.

Abrazo

Anónimo dijo...

todos temen a aquello que desean...