viernes, julio 27, 2007

Lejanía



¿Por un hormiguero de albas, por pocos
hilos en los que se enrede
el vellón de la vida y se adhiera
por horas y años, hoy los delfines en pareja
cabriolan con sus hijos? Oh, que yo nunca escuche
nada de tí, que huya del esplendor
de tu mirada. Otra cosa hay en la tierra.


Desaparecer no sé ni asomarme de nuevo; se demora
la fragua bermeja
de la noche, la tarde se hace larga,
la plegaria es suplicio y no ha llegado aún
hasta tí, entre las rocas que emergen,
desde el mar la botella. Vacío, el oleaje
se rompe sobre el cabo, en Finisterre.




Eugenio Montale, En una carta no escrita. De La tempestad y demás (1956).
Foto: Mar Adriático. Lido, Italia (5/07)

3 comentarios:

Diego Sagardía dijo...

Qué bonita foto, chango.

Anónimo dijo...

La nobleza, las grandes palabras, que mal le van
a esta ternura sin mejillas que tocar,
a esta lengua sin labios que entender.
Envilece un amor así que rebota en las paredes del cuarto
o se va cayendo a pedazos de palabras, esto.

Es inútil la argucia y la esperanza,
somos la previsión,
los ojos y la boca orientados al viento. ¿Qué me vale
lo que fue, la suave crónica?
Siempre andaré buscándote en el hoy
de esta ciudad, de esta hora.
Si me doy vuelta, oh Lot, eres la sal donde mi sed se hace pedazos.
Mira de qué sustancias vivo,
pero no me tengas lástima, yéndote así todavía más.

Fero Soriano dijo...

Gracias por enriquecer este descuidado lugar con palabras de alguien tan querido.