Se sostiene sobre una línea gruesa y clara, que recorre el espacio. Va cansado pero firme como un hombre del Sahara. Se abre en mundos verdes, suaves al tacto.
Corolas esperan una brisa nocturna, atraviesan el velo del tiempo.
Su rojo suave aspira a la cima de la forma.
Iluminado, el malvón enciende mi armonía.
1 comentario:
Ok, después de leer ESO, salí al balcón y lo observé. Tenés razón: el malvón es una planta maravillosa.
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